El flujo de nitrógeno se origina con una bomba reciprocante diseñada para trabajo pesado, ayudada en la succión por una bomba centrífuga, que garantiza las condiciones mínimas de flujo y presión. La conversión del nitrógeno de estado líquido a gaseoso se logra mediante el uso de un vaporizador de baño de agua caliente, el cual posee un diseño intrínsecamente seguro que permite su uso en áreas potencialmente peligrosas. El sistema completo está montado sobre un skid para facilitar su transporte y uso en aplicaciones on y offshore. Complementario al sistema de inyección de nitrógeno se emplea un equipo electrógeno con cabina insonorizada, el cual le otorga autonomía de funcionamiento al sistema, al suministrar la energía requerida para movimiento de bombas y calentamiento del agua del vaporizador. Un tanque criogénico de 3000 galones de capacidad complementa el equipo, permitiéndole autoabastecerse por un período de 8 horas. La entrega de producto en estado gaseoso al cliente se realiza por medio de manguera flexible, lo cual permite hacer conexiones rápidas y en lugares de difícil acceso, sin perder seguridad ya que está fabricada y certificada para soportar la máxima presión de trabajo de la unidad.